lunes, 11 de mayo de 2009

“Con Pío y Andrés, ganaremos otra vez”

“Con Pío y Andrés, ganaremos otra vez” (*)

Crónica de la visita del “Presidente Legítimo” en Chiapas.

Las manos entrelazadas delatan su cercanía de hermanos.

Porque Andrés Manuel y Pío, cuando alzan los brazos en son de triunfo, no levantan los puños como lo hace el Presidente Legítimo con otros candidatos.

Ellos, los López Obrador, funden su esperanza, la de muchos de sus seguidores, en un emocional apretón de manos que aderezan con una franca sonrisa.

El hermano mayor ha venido por el menor, ha acompañarlo en su primera aventura electoral. Antes, desde la toma de pozos petroleros en Tabasco, Pío apoyó a “Andrés”, como simplemente le llaman en su familia, ahora Andrés apoya a Pío en la campaña “a ras de tierra” que hace para lograr los votos de la tuxtlecada.

“Con Pío y Andrés, ganaremos otra vez”, resume el optimismo en los actos públicos que encabezaron los López Obrador el pasado 11 de marzo. He aquí lo que Tinta Fresca vio y escuchó en la conferencia de prensa y actos de precampaña en Patria Nueva, Las Granjas y Xamaipak.

AMLO, de cerca

De cerca, Andrés Manuel se ve diferente; con más arrugas, con más canas, con el semblante a veces apagado por el sudor abundante. Y también más asoleado, más moreno, más negrito, apodo que por cierto le endilgó desde pequeño su hermana Candy.

Eso sí, sigue igual de ocurrente: “Me acusan que soy terco, que me como las eses, que hablo de más. Pero no soy incongruente y deshonesto… Me pueden llamar peje, pero no soy lagarto “.

También más autocrítico: “Fue muy difícil enfrentar esa circunstancia (la elección de 2006). Hubo tristeza, llantos, depresión y también mucho coraje. No íbamos a llamar a la violencia. Es lo que querían nuestros adversarios.

“Pensaron que iba a ser fácil robarnos la Presidencia, querían borrarnos. Con dos partidos (PRI y PAN), un pelele y la tele, quieren controlar. Se les olvida que somos millones los que queremos un cambio”.

Aunque igual ataca, como siempre: “Ya la mafia esta preparando al nuevo pelele: (Enrique) Peña Nieto. Están fabricando desde Televisa una Barbie masculina, (cuando) su único atributo, su única ideología, está en su copete”.

Y alerta: “Yo espero que tengan un poco de recato (en la elección del 5 de julio de 2009), que no se repita el fraude de 2006… no creo que el gobernador (Juan Sabines) intervenga, es inapropiado, no hay que adelantar vísperas”.

Pero a este Andrés Manuel alicaído por momentos se le sigue arremolinando la gente para saludarlo: un anciano le da una denuncia, una queja o simplemente un abrazo; una mujer le vitorea y le arranca un beso en la mejilla; un niño corre hacia él.

Es Andrés Manuel de cerca: con más arrugas, con más canas, con el semblante a veces apagado por el sudor abundante. Pero también más maduro y además más negrito por recorrer los mil 38 municipios de México.

ABECEDARIO POLITICO

De las siglas, se pasó a las letras.

Ya no existen más AMLO, PRD, PAN o PRI. Ahora el mismo Andrés Manuel define el nuevo abecé de la política alterna, la no oficial, la censurada, la que no consignan las agencias informativas, ni tampoco los diarios ni mucho menos la televisión.

“Pío tiene las tres “C”: cabeza, carácter y corazón”, suelta ocurrente en la populosa Patria Nueva, para luego pedir voten por él no sólo porque es su hermano sino porque, como diputado, pondrá en práctica “las tres D”: dignidad, decencia y decoro”.

En cada acto, Andrés Manuel informa que el movimiento sigue firme, que “más temprano que tarde ganaremos”, que “ni un voto al PRI ni al PAN”, que “no perdamos la fe, sigamos adelante”.

Ofrece también lo que hizo y hace el gobierno del Distrito Federal: dar dinero a los adultos mayores (820 pesos), escuela y becas a todos los jóvenes, madres solteras, comedores para que, en esta crisis, la gente pobre no se quede sin comer.

Eso es posible, ataja, si se le baja el sueldo a los funcionarios y se le retiran las millonarias pensiones a Carlos Salinas, a Miguel de la Madrid, a Ernesto Zedillo y “¡a esa chachalaca ladrona de Vicente Fox!”.

Su hermano Pío, en las Granjas, aprovecha y denuncia: “ya están empezando a aparecer los programas sociales para comprar votos”, a lo que instruye tres recomendaciones: “primero, agarren todo, porque es dinero del pueblo; segundo, no entreguen la credencial de elector por ningún motivo; y tercero, ni un voto al PRI ni al PAN”.

El propio Andrés, en el mismo acto, resumiría: “hay que comerles la carnada, pero no morder el anzuelo… porque dan pan para hoy, pero hambre para mañana”.

El nuevo estilo de hacer política para Andrés Manuel, que de las siglas pasó a las letras, se refleja hasta en el vestuario, pues luce una sencilla camisa blanca, pantalón obscuro y zapatos negros.
Ya no existen más AMLO ni el amarillo del PRD. En el nuevo abecé de la política alterna, Andrés Manuel es López Obrador, su hermano Pío y también sus fans. Así que su esperanza, y la de muchos de sus seguidores, se funden en esas manos entrelazadas que delatan su cercanía de hermanos y que aderezan con una franca sonrisa.


(*) Víctor Carrillo Caloca. Tinta Fresca. Año 5, número 102, del 16 al 31 de marzo de 2006. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, página 9.

No hay comentarios:

Publicar un comentario